Certificación Reglamento DORA
DORA representa un paso hacia un entorno financiero europeo más robusto frente a los desafíos digitales. Al adoptar este marco, se busca no solo proteger a las entidades financieras, sino también garantizar que los usuarios finales puedan confiar plenamente en la seguridad y continuidad de los servicios que utilizan.
¿Qué es el reglamento DORA?
¿Qué entidades están afectadas por DORA?
El reglamento DORA aplica a una amplia gama de entidades dentro del sector financiero, incluyendo:
- Bancos y cooperativas de crédito: Entidades tradicionales que manejan grandes volúmenes de datos y operaciones financieras.
- Aseguradoras y reaseguradoras: Instituciones encargadas de gestionar riesgos y compensaciones.
- Sociedades de inversión y gestoras de activos: Empresas relacionadas con la administración de patrimonios y fondos de inversión.
- Infraestructuras de mercados financieros: Organizaciones como sistemas de pagos, centrales de valores y plataformas de intercambio.
- Proveedores de servicios TIC críticos: Empresas tecnológicas que ofrecen infraestructura o servicios esenciales para las entidades financieras, como soluciones en la nube o ciberseguridad.
DORA también extiende su alcance a proveedores externos que ofrecen servicios tecnológicos críticos a estas entidades, reconociendo su papel esencial en la operación y la seguridad del sistema financiero.
¿Cuáles son los objetivos del reglamento DORA?
DORA tiene como principales objetivos garantizar un sistema financiero más seguro y resiliente frente a los riesgos digitales. Algunos de sus propósitos clave incluyen:
- Establecer normas comunes de resiliencia digital: Crear un marco uniforme para que todas las entidades financieras y sus proveedores operen con altos estándares de seguridad y resistencia frente a incidentes tecnológicos.
- Reforzar la gestión de riesgos de terceros: Asegurar que las instituciones financieras supervisen y gestionen eficazmente los riesgos asociados con proveedores externos críticos, como servicios en la nube o plataformas tecnológicas.
- Mejorar la respuesta ante incidentes: Garantizar que las entidades cuenten con planes robustos para identificar, responder y recuperarse de ciberataques, interrupciones tecnológicas u otros incidentes digitales.
- Incrementar la cooperación regulatoria: Facilitar la colaboración entre las autoridades nacionales y europeas para una supervisión más efectiva y coordinada en materia de riesgos digitales.
- Proteger la estabilidad financiera y la confianza del cliente: Minimizar el impacto de los incidentes digitales en la economía, salvaguardando los datos y los recursos de los clientes y manteniendo la estabilidad del sistema financiero.
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